Cuando viví en Inglaterra, una de las cosas que más me gustaba hacer en verano era ir al campo a recolectar fresas. Así lo recuerdo…

Cuando viví en Inglaterra, una de las cosas que más me gustaba hacer en verano era ir al campo a recolectar fresas. Así lo recuerdo…
Ir al Mercado Central era siempre una explosión de Aromas, no siempre agradables. Recuerdo el Aroma del local de café, que no olía para nada a una rica taza de esa bebida, sino más bien a un olor de la tierra, a humedad, un olor pesado, mustio.
-¡Yo no soy bruja!
-Ay, es broma…
-No. Ni en broma, ni en serio. Yo no soy bruja. Mis fundamentos son científicos. No te confundas.
¿Sabes lo que se siente llegar a un lugar y darte cuenta que no traes tus lentes de lectura?
Si bien es algo que he aprendido a disfrutar, siempre hay un momento incómodo, al llegar a un lugar sola, y a pesar de que te ven llegar sin nadie más te preguntan: «¿Cuántas personas van a ser?» Siempre es más complicado tragarte tus demonios para contestar «Solo una», a que si te preguntaran «¿Mesa para uno?» y tu les pudieras contestar con un simple «Sí».
Ese momento en el que por fin atrapo esa gran bola de algodón entre mis dos brazos, descanso la cabeza sobre ella y me dejo sentir el más profundo agradecimiento por lo que está tocando cada centímetro de mi cuerpo, por debajo y por encima.
Luego de una ruptura amorosa, especialmente cuando te vuelves experta, recuerda amarte a ti misma, con detalles. Flores, frutas, colores, tiempo para ti. Lo que más ames hacer, eso harás. Esto es palabra de experta.
Palabras mágicas, con las cuales puedes empezar a hacer tu aporte. Cada pequeño paso cuenta en grande.
El día que cumplí 5 años lloré sola en mi cama al ir a dormir. Me gustaba el número 4! Que me preguntaran cuántos años tenía y abrir la mano completa no me hacía mucho chiste. Hoy cumplo 45…